En su camión, la Parca al truckero seguía,
pensaba que sus frenos de seguro fallarían.
Sabía que muchos no renovaban la flotilla.
Y si no, le pondría una trampilla.
El operador se paró en una cachimba:
salió tan feliz que parecía marimba.
La Calaca, vieja y cansada, se quedó dormida.
Él dijo “de aquí soy” y emprendió la huida.
“No me sigas, no me sigas,
llevas rato intentando
Me avisaron mis amigos
y te quedaste roncando”
El 2 de noviembre se acerca
y en la 57, aguarda la Muerte terca.
Agárrense, hermanos, no dejen que les gane:
pónganse truchas y revisen cada engrane.
Por ahí aguarda la Calaca modorra.
Aguas, truckero, que no te gane la cotorra.
Que no te agarre distraído,
por haberte excedido.
“Hoy te llevas a alguien más,
Parca descarrilada.
Yo de mi camión no me bajo.
Así que rebásame, tarada.”