El gobierno de Estados Unidos ha decidido reimponer aranceles sobre el acero y el aluminio, apoyándose en justificaciones que destacan la seguridad nacional, una línea de argumento que ya se había utilizado en 2018.
Aranceles de Estados Unidos a México
A partir del 12 de marzo de 2025, estas tarifas adicionales entrarán en vigor, un movimiento que acompaña a las órdenes ejecutivas firmadas recientemente por el presidente Donald Trump.
En este contexto, las autoridades estadounidenses han expresado preocupaciones específicas sobre las prácticas comerciales de México en relación con el uso de aluminio. Según Estados Unidos, hay evidencias de que México está utilizando aluminio primario proveniente de naciones como China y Rusia. Este aluminio se emplea para la fabricación de productos que luego se exportan al mercado estadounidense.
Tal práctica ha llevado a la Casa Blanca a señalar que la situación representaba un riesgo potencial para los fabricantes locales, ya que contribuye a un incremento en las importaciones que, en su percepción, amenaza la industria y, por ende, la seguridad nacional del país.
¿Por qué se impondrán aranceles al acero y el aluminio?
Uno de los aspectos más relevantes de este conflicto es el notable incremento en las exportaciones de acero desde México hacia el mercado estadounidense. Las estadísticas públicas, que se encuentran en el Federal Register, indican que las importaciones de acero de Canadá y México aumentaron significativamente entre 2020 y 2024, subiendo de 7.7 millones de toneladas métricas a 9.14 millones de toneladas métricas. Este es un crecimiento considerable que ha complicado aún más el panorama comercial entre estas naciones.
Los datos revelan que ciertos productos, como las barras largas de refuerzo, han experimentado incrementos de importación que son alarmantes para Estados Unidos. En particular, se han registrado aumentos del 1,678% en las importaciones de este tipo de productos desde México y un 564% desde Canadá. Este tipo de cifras alimenta las preocupaciones de que las prácticas comerciales no están alineadas con normas internacionales justas, lo que a su vez contribuye a la decisión de reimponer aranceles.
En la orden ejecutiva relacionada con el acero, el gobierno de Estados Unidos especifica que los aranceles se aplicarán a cualquier artículo que no se produzca en el país en cantidades suficientes o con la calidad adecuada. Esta medida es una manera de proteger la capacidad de producción nacional frente a un aumento en las importaciones que podría ser considerado como competencia desleal.
Un punto adicional que resalta el gobierno estadounidense es que la capacidad de producción de aluminio ha crecido gracias a la expansión de plantas chinas en Sudamérica. Esto, combinado con un aumento en las inversiones chinas en México, crea un entorno comercial que, según las autoridades estadounidenses, se beneficia de subsidios masivos ofrecidos por el gobierno chino, lo que a su vez permite la explotación de lagunas en la política comercial.
Asimismo, los datos indican que las importaciones de aluminio primario de Canadá aumentaron un 18% en 2024 en comparación con las cifras observadas en 2015 y 2017. Por otro lado, el volumen de importación de artículos de aluminio provenientes de México se incrementó un 35% en comparación con esos promedios anteriores. Estas cifras sugieren que los productores mexicanos están empleando tácticas que se perciben como injustas para ganar participación de mercado en Estados Unidos.
También te podría interesar: Estas son las reglas de uso para “Hecho en México” según la Secretaría de Economía
A raíz de este panorama, el gobierno de Estados Unidos ha dejado claro que a partir del 12 de marzo de 2025, todas las importaciones de artículos de aluminio y sus derivados procedentes de varios países, como Argentina, Australia, Canadá, México, la Unión Europea y el Reino Unido, estarán sujetas a aranceles. Este enfoque busca no solo salvaguardar la industria local, sino también poder tomar medidas más específicas y contundentes en el comercio internacional.
Este conflicto en la industria del acero y aluminio es representativo de tensiones más amplias en las relaciones comerciales que Estados Unidos mantiene con otros países. A medida que las políticas comerciales se adaptan a un entorno global cambiante, es probable que surjan más disputas alrededor de prácticas consideradas injustas o desleales, lo que podría afectar las dinámicas comerciales a largo plazo.
Con estos aranceles, Estados Unidos espera no solo proteger su industria, sino también reestructurar ciertas cadenas de suministro que, en su visión, se han visto afectadas negativamente por la competencia internacional. Sin embargo, estas medidas también pueden tener repercusiones en los precios y disponibilidad de estos materiales en el mercado estadounidense, así como en las relaciones diplomáticas y comerciales con los países afectados, lo que podría dar lugar a una serie de reacciones en cadena a nivel internacional.