Pocas festividades son tan importantes dentro de la cultura mexicana como el Día de Muertos, que se celebra el 1 y 2 de noviembre de cada año para honrar a los seres queridos que ya no están con nosotros.
Los altares del Día de Muertos
Durante esos días, las familias mexicanas adornan sus casas con altares de muertos, compuestos por veladoras, flores de cempasúchil, papel picado, fotos de los difuntos, pan de muerto, calaveritas de azúcar o de chocolate, así como artículos o alimentos que les gustaban a los finados.
Sin embargo, ¿conoces la logística detrás de las ofrendas del Día de Muertos?
Aunque es difícil contemplar una cifra exacta, pronósticos de la Secretaría de Desarrollo Económico (SEDECO) esperan una derrama económica detrás de la logística del día de muertos superior a los 6,527 millones de pesos; contando alimentos, artesanías, el turismo y las flores de cempasúchil.
Cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) indican que el mercado de la flor de cempasúchil (una de las más simbolicas) genera ingresos anuales significativos, con más de 30,000 hectáreas dedicadas a su cultivo en diversas regiones del país. La demanda de esta flor, junto con otros elementos como el pan de muerto y las calaveras de azúcar, impulsa la producción y el comercio.
Desde la perspectiva logística, la cadena de suministro para estos productos incluye la siembra y cosecha, la distribución hacia los mercados locales, y el transporte, que puede involucrar tanto métodos tradicionales como modernos. Se reporta que, en temporadas altas, el precio de las flores puede aumentar hasta un 30% debido a la creciente demanda. Esto implica que muchos comerciantes deben planificar con anticipación y asegurar el transporte eficiente para evitar pérdidas.
Las ofrendas del Día de Muertos no solo se nutren de productos locales, sino que también tienen conexiones con el comercio exterior. Por ejemplo, la influencia de la cultura y la gastronomía internacional ha permitido la inclusión de ciertos productos en las ofrendas. Ingredientes como el chocolate, que tiene un alto valor simbólico, y el café, son algunas de las mercancías que se importan de otros países y que se utilizan en la elaboración de ofrendas.
Asimismo, el turismo juega un papel importante en la logística del Día de Muertos. Miles de visitantes nacionales e internacionales llegan a México para participar en las festividades, lo que incrementa la demanda de servicios como transporte, hospedaje y alimentos. Según cifras de la Secretaría de Turismo, el número de turistas en temporada de Día de Muertos ha aumentado en un 15% en los últimos cinco años, lo que también repercute en el comercio local.
La celebración activa el comercio en diversas áreas, desde la floricultura hasta la gastronomía y la artesanía. Las pequeñas y medianas empresas (MiPymes) se benefician al ofrecer productos tradicionales que atraen tanto a los consumidores locales como a los turistas. Además, la festividad también favorece la creación de empleo, ya que muchas de estas empresas requieren más mano de obra para satisfacer la creciente demanda.
En resumen, la logística detrás del Día de Muertos en México es un fenómeno complejo que abarca desde los preparativos locales para los altares hasta la influencia del comercio exterior. Las cifras que rodean la producción y distribución de productos para esta festividad evidencian su impacto no solo cultural sino también económico, convirtiéndola en una celebración que conecta tradición y modernidad, creando una sinergia que beneficia a múltiples sectores en el país.