El mercado del jitomate entre México y Estados Unidos enfrenta una nueva crisis comercial tras el anuncio del Departamento de Comercio estadounidense de imponer una cuota compensatoria del 20.91% al precio de los jitomates mexicanos. Esta medida, que podría entrar en vigor en aproximadamente 90 días, ha sido calificada por el gobierno mexicano como injustificada, mientras se prepara para negociar y evitar un golpe a uno de los sectores agrícolas más importantes para la economía nacional.
Acusaciones de dumping comercial
Las tensiones comerciales sobre el jitomate mexicano no son nuevas. La disputa se remonta a 1996, cuando los productores de Florida presentaron por primera vez acusaciones de dumping contra México. Desde entonces, el Departamento de Comercio estadounidense ha realizado investigaciones que, según su perspectiva, confirman estas prácticas comerciales desleales, aunque el gobierno mexicano nunca ha aceptado tales acusaciones.
El término “dumping” hace referencia a una práctica comercial en la que un país vende sus productos en el extranjero a precios artificialmente bajos, generalmente por debajo del costo de producción, con el objetivo de eliminar a la competencia local. Los productores de Florida sostienen que los agricultores mexicanos exportan jitomates a precios inferiores a su costo real para dominar el mercado estadounidense.
Exportación del jitomate a Estados Unidos
La relevancia del jitomate mexicano en el mercado estadounidense es indiscutible: seis de cada diez jitomates consumidos en Estados Unidos provienen de México. Esta predominancia se debe a las ventajas competitivas que tiene el sector agrícola mexicano, como el clima favorable durante todo el año, menores costos de producción y una larga tradición en el cultivo de este producto.
Julio Berdegué, secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, ha señalado que ningún otro país tiene la capacidad de producción que México posee en este rubro. Esta realidad plantea un escenario complicado para los consumidores estadounidenses, quienes tendrían que absorber el aumento del 20.91% en el precio si se aplica la cuota compensatoria.
Un patrón de acuerdos suspensivos
A pesar de las continuas acusaciones de dumping, desde 1996 hasta la fecha se han logrado cinco acuerdos suspensivos entre el Departamento de Comercio estadounidense y los productores mexicanos para evitar la aplicación de cuotas compensatorias. El último acuerdo data de 2019, cuando se enfrentó una situación similar a la actual.
El secretario Berdegué ha expresado su confianza en que se pueda lograr un nuevo acuerdo suspensivo antes de que venza el plazo de 90 días para la entrada en vigor de la medida. La estrategia del gobierno mexicano se basa en el diálogo y la negociación, aprovechando la experiencia adquirida en conflictos anteriores.
La postura del gobierno mexicano
La presidenta Claudia Sheinbaum ha defendido a los productores mexicanos, argumentando que el precio al que se vende el jitomate a Estados Unidos es el precio real y que no existe ningún subsidio gubernamental que pudiera justificar las acusaciones de dumping. Además, ha criticado que la medida no fuera comunicada directamente al gobierno mexicano a través de la Cancillería o las secretarías de Economía o Agricultura, sino a la representación legal de los productores.
Sheinbaum ha expresado optimismo sobre la resolución del conflicto, recordando que en disputas anteriores México ha logrado defender exitosamente su posición. La mandataria también ha señalado que, incluso si se llegara a aplicar la sanción, México continuaría exportando jitomate debido a que no tiene sustituto en el mercado estadounidense.
Aranceles mexicanos y sus represalias: el juego de los mercados
La imposición de cuotas compensatorias es una práctica común en el comercio internacional cuando un país considera que otro está realizando prácticas desleales. México, por su parte, tiene dos casos activos contra productos estadounidenses: uno contra los productores de pollo, cuya investigación concluyó en 2012 pero no se han aplicado cuotas, y una investigación reciente contra las importaciones de pierna de cerdo desde Estados Unidos.
Sin embargo, Berdegué ha descartado que, por ahora, México vaya a anunciar cuotas compensatorias al pollo y a la pierna de cerdo estadounidenses como represalia. La estrategia mexicana parece centrarse primero en el diálogo para resolver el conflicto del jitomate antes de
Los expertos en comercio internacional coinciden en que este tipo de disputas son comunes en la relación bilateral y que, históricamente, se han resuelto a través de acuerdos que benefician a ambas partes. Sin embargo, el contexto político actual, con la reciente victoria de Donald Trump en las elecciones estadounidenses, añade un factor de incertidumbre que no puede ignorarse.
Para México, el desafío consiste en mantener su competitividad en el mercado estadounidense mientras defiende las prácticas comerciales de sus productores. Para Estados Unidos, el reto es equilibrar la protección a sus productores locales con el bienestar de sus consumidores, quienes se benefician de los precios competitivos del jitomate mexicano.
La diplomacia comercial será la clave para resolver este conflicto, y los próximos 90 días serán cruciales para determinar el futuro de una de las relaciones comerciales agrícolas más importantes entre ambos países.