Los precios del carbón, el gas y el petróleo están alcanzando su punto máximo. Desde la invasión de Rusia a Ucrania, el precio del gas ha estado en constante cambio: depender de él genera incertidumbre en la industria; el litio parece ser la mejor opción para obtener energía de manera más ecológica y sostenible. Pero, ¿qué implica su extracción y por qué es importante para México?
Sabemos que estamos en momento de emergencia ambiental y de crisis energética: la toma de decisiones por parte de nuestros gobiernos es urgente. Si bien el litio responde a demandas específicas, afecta otras áreas.
¿Qué es el litio y por qué es importante?
Es un metal ligero no renovable y químicamente reactivo. Se utiliza en diferentes industrias: médica, núclear, y energética. Su uso más esencial se encuentra en la fabricación de baterías de celular, computadoras y autos eléctricos: la demanda de este recurso ha disparado su precio en un 156% (entre el 2014 y el 2018).
La apuesta creciente por el litio está directamente vinculada a la actual crisis climática y a la preocupación general por reemplazar a los combustibles fósiles por opciones más verdes. México no está fuera de esta discusión: el pasado 23 de agosto se publicó en el Diario Oficial de la Federación la creación de Litio para México (LitioMx), la primera empresa estatal encargada de explorar y explotar este material. En abril se aprobó la reforma a la Ley Minera; en ella se estipula que el Estado es el único facultado para la explotación y producción de litio. Sin embargo, quedan muchas dudas sobre quién podría asociarse y participar con el Estado: hay aún ambigüedad en la redacción del decreto. Según el presidente López Obrador, la inversión para el proyecto de extracción deberá ser pública y privada, ya que el país no cuenta con los recursos suficientes.
Litio: ¿Una verdadera solución “verde”?
La mina de litio más importante en nuestro país está en Bacadéhuachi, Sonora. Sabemos que el estado de Sonora ya tiene muchos problemas para acceder al agua. Aunque el litio sea una de las más atractivas opciones verdes, su impacto ambiental es considerable. En un estudio de Science Direct, la contaminación del suelo, causada por litio, puede llegar a la cadena alimentaria, a través de la contaminación de mantos acuíferos y la absorción por parte de las plantas y el suelo. Lo grave es que el mineral es bastante tóxico y puede causar problemas en el cuerpo humano. Además, el envío de baterías de litio tiene riesgos altos: pueden provocar incendios en la carga si no se manipulan correctamente. El fuego puede propagarse rápidamente y ser difícil de controlar, poniendo en peligro a personas y bienes, y por supuesto, contaminando el medio ambiente.
El camino hacia elecciones más ecológicas no puede comprometer la seguridad y la biodiversidad. Es vital buscar nuevos materiales y fuentes de energía, pero se deben estudiar minuciosamente las formas en las que accedemos a estas nuevas y atractivas opciones. Debemos, también, aprender a trabajar con los recursos actuales y evitar a toda costa el desperdicio. El litio puede reciclarse y reutilizarse, pero no es un recurso renovable y su extracción compromete la biodiversidad, la salud de los suelos y el agua potable. Lo más importante de esta búsqueda de energías sustentables es la responsabilidad de los gobiernos y las empresas que participarán en ella. Estemos atentos a los cambios y regulaciones que se harán en nuestro país con respecto al fenómeno del litio.
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